viernes, 27 de junio de 2014

Porque el tiempo es tiempo












Porque el tiempo es tiempo,
y el dilatar de los segundos
atropellan las palabras.
Del carrusel de viejas notas
encajadas en eslabones
de sucias latas
que al caer de la mesa
se esparcen por el suelo
derramadas,
como una noche oscura
embotada en una botella de whisky
que traga el poeta a bocanadas.
Y al sentir que se escapan,
los huesos al polvo llaman,
para que el viento las esparza
llegando a sitios recónditos,
donde mis versos no alcanzan
para que alguna vieja al mecerse
en su maltrecha hamaca
sueñe con letras de un libro
que reposan en su cama.


Antonio Jiménez - 2014


martes, 24 de junio de 2014

Si alguna vez escuchases













Si alguna vez escuchases
del lamento, mi pupila
a la tuya llamar
sabrías que por muchos años que pasen
no te voy a olvidar.

Si alguna vez escuchases
de la risa, a la risa tuya
a mi labio una sonrisa brotar
sabrías que mi boca junto a la tuya
quiere estar.

Si alguna vez escuchases
del suspiro al nácar rajar
o el dulce viento a tu ventana llamar.
Dime chiquilla, ¿aún me amaras?

Si alguna vez escuchases
a mi alma gritar, que a la tuya no deje escapar.
Dime chiquilla, ¿escuchaste a la tuya gritar?
¿No dejes que se marche, no dejes que se marche jamás,
y al girar tú, el tiempo acabar?


Antonio Jiménez - 2014 

lunes, 9 de junio de 2014

Para aquellos que me llaman poeta


















Aunque en el sórdido silencio del olvido
me halle y la súbita máscara del cielo
caiga rota, no desistiré en recorrer
con ojos perdidos la estela grisácea
de mis pasos otra vez.

Y al llamarme ustedes Poeta
una sonrisa dé soslayo a mi boca llama
como si una mueca de agria sátira
a mi corazón llegase rápido.

Que me llamen Romance si mis ojos
con desprecio sueltan un verso
y vosotros reís sin entender
que eso soy.

No nací en el tiempo correspondido
ni en la casa en la que debí
tampoco en brazos de quienes debieron amarme hasta la muerte.

Que el amor dura sólo dos suspiros
y el mío escapó hace tiempo de mi alma.

El aire ya no fluye por mis entrañas
y las lágrimas, esas que una vez quemaron mi cara,
ahora queman mis dedos al secarlas
y vosotros ahora no sabéis nada.
Aunque en el sórdido silencio del olvido
me halle y allí encuentre
lo que siempre añoré.



Antonio Jiménez - 2014