Él viste con un abrigo
gris
y un puñado de sueños
que ya no recuerdo.
Él vive en mí, más que
dentro de ningún otro
y a pesar de los minutos
que van pasando
aún recuerdo su mirada
en la fotografía.
Esos grandes ojos
abiertos y la nostalgia en su boca.
Yo vivo en él, más que
nadie vive
dentro de sí mismo.
Y a pesar de que los
días van pasando
yo sí recuerdo mis años
pasados.
Pasados van pasando
y aquel pequeño álbum
guardado en un cajón
junto a otras
fotografías.
Ahora son otras las promesas
escritas en papel y tinta,
y otros los segundos
que se van marchando.
Antonio Jiménez - 2014
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